Transformar el puesto de trabajo se refleja en la cuenta de resultados. Algunos estudios indican que 7 de cada 10 compañías que han abordado procesos de digitalización y transformado el puesto de trabajo ya han aumentado sus ingresos, mejorando además la productividad y la innovación de forma notable. Las cifras señalan al incremento del 16 por ciento en los ingresos anuales y reducción de costes operativos en un 13%. (Fuente: Vanson Bourne)
La transformación del puesto de trabajo ofrece, pues, resultados positivos a las compañías porque facilita una experiencia específica para cada empleado, lo que repercute finalmente en el cliente.
La automatización es clave en todo este proceso, así como el uso de tecnologías emergentes, como la Inteligencia Artificial, que consiguen hacer más sencillo y en menor tiempo el trabajo y la rutina diaria.
Mejorar la competitividad requiere una nueva base tecnológica en las compañías
Aumentar la competitividad requiere cada vez más modernizar las plataformas, creando una nueva base tecnológica en las organizaciones transformando el lugar de trabajo para optimizar y cambiar los procesos, cerrar la brecha entre lo físico y digital y sobre todo enfocarse en las personas conformando el nuevo modelo de Compañía el 5.0.
De otro lado, en los próximos diez años la cooperación y colaboración será la respuesta a muchos retos, como vaticinan diversos informes que detectan nuevos escenarios a tener en cuenta. Uno de ellos es la ciberseguridad, que se convertirá en prioridad absoluta. También los datos, que seguirán siendo la materia prima del siglo XXI y los bancos serán uno de los actores que más aprovecharán la gestión y el uso de la información, pero también las pymes para tomar decisiones más acertadas en sus negocios.
La revolución del puesto de trabajo va a arrojar en estos años como resultado que pocas profesiones se realizarán como las conocemos hoy día, la automatización y tecnologías emergentes impactarán en las plantillas que se verán obligadas a tener un aprendizaje continuo como vía para garantizar la supervivencia.
Nada será igual y ya lo estamos viendo con la crisis acaecida por el Covid-19 que está obligando a muchas empresas a adaptar sus estructuras a contra reloj para facilitar el teletrabajo, con soluciones que facilitan la creación de entornos más ágiles y eficientes.
La voz, además, está destinada a ser protagonista en el nuevo puesto de trabajo digital al facilitar la búsqueda de información o simplemente la ejecución de tareas.
Los expertos vaticinan que las marcas empezarán a hablar al oído de los consumidores, pero será la confianza lo que va a marcar la diferencia, es decir: que las empresas aporten valor y tengan un propósito para los clientes será importante, pero sobre todo contará y mucho seguir innovando en el seno de las organizaciones ya que será el único activo que tendrán las compañías para seguir obteniendo buenos resultados aún en situaciones convulsas.
