Hacia un futuro digital más humano. El rol esencial de un enfoque integrado

España acaba de celebrar hace poco un hito significativo en la aceleración digital, ocupando un lugar de liderazgo entre sus pares europeos y hay que celebrarlo. Según el reciente informe del BEI sobre Digitalización 2022-2023, el 80% de las empresas españolas (aquellas de más de 250 empleados) ya han incorporado las llamadas tecnologías digitales avanzadas en su operativa, superando la media europea que se sitúa en el 69%.

El destacado puesto de España se extiende a cinco de las siete tecnologías de punta: Plataformas en línea, IoT, Robótica avanzada, Inteligencia Artificial y Drones, quedando rezagada en la adopción de Impresión 3D y Realidad Aumentada.

Estas tecnologías digitales avanzadas son vitales para incrementar la eficiencia operativa y la toma de decisiones. Facilitan la expansión del alcance empresarial en un entorno global, mejoran la experiencia del cliente, permitiendo una mayor personalización y un servicio más eficiente. Pero su verdadero valor radica en su capacidad para impulsar la innovación, facilitando el desarrollo de nuevos productos, servicios o modelos de negocio. Vamos por el buen camino.

Según el Índice EBIS de digitalización empresarial, que se configura en torno a seis indicadores, España presenta un alto grado de adopción digital, pese a que el problema aún persista en las pymes. Caminamos hacia un cambio profundo en las estructuras empresariales, donde se está realizando un esfuerzo consciente y sistemático para ser más ágiles, mejorar la relación con los clientes, automatizar procesos y fomentar la colaboración. Pero ese amanecer digital va más allá, también, de la tecnología.

La gestión del talento en el punto de mira

Las empresas deben enfrentar una serie de retos cruciales en este 2023 y en los años venideros, destacándose la gestión de personas como aspecto esencial para lidiar con la volatilidad existente.

Para mantener su posición competitiva y sus perspectivas de crecimiento, las organizaciones también deben centrarse en la gestión del talento, promoviendo la capacitación y formación continua, creando un ambiente laboral atractivo, fomentando un liderazgo consciente e inspirador, y abogando por la diversidad, equidad e inclusión. 2023 es además el año europeo de las capacidades. Más sde un tercio de los trabajadores en las empresas españolas no dispone de habilidades digitales. Pero también es vital la promoción de la salud mental en el entorno laboral. (Mckinsey. Informe El estado de las organizaciones 2023)

La transformación digital requiere ahora más que nunca un enfoque integrado y humanista, donde se preste atención a los procesos y la tecnología, pero también a las personas que conforman la organización.

La digitalización es un proceso complejo que exige un cambio radical en la forma en que las empresas operan, cómo se relacionan con sus clientes y cómo gestionan a su personal.

Aquellas compañías que sean capaces de abordar estos retos de forma integral y con una visión de futuro, serán las que se mantengan a la vanguardia. La tecnología, por muy avanzada que sea, es tan solo una herramienta. La verdadera esencia de cualquier empresa, la fuente de su resiliencia, creatividad e innovación, son las personas que la conforman.

La integración de la tecnología en las operaciones diarias puede transformar la eficiencia y la productividad, pero la transformación más importante es la que ocurre cuando las personas se sienten valoradas, respetadas y capacitadas para crecer y evolucionar dentro de la organización.

De esta forma, el triunfo de España en la carrera de la digitalización no solo se medirá por la adopción de nuevas tecnologías, sino por la habilidad de nuestras empresas para adaptarse, evolucionar y prosperar en un mundo cada vez más digital y globalizado, donde las personas, su desarrollo y su bienestar, son la clave del éxito.

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