“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino los que no puedan aprender, desaprender y reaprender”. Esta frase pronunciada en su día por Alvin Toffler, periodista futurólogo y docente, viene a colación para ilustrar que estamos en un momento que conviene olvidarse de lo que conocemos y tener una mente abierta al cambio y al aprendizaje constante.
Cada vez es más evidente que toda la tecnología que se está desarrollando nos va a llevar a un nuevo paradigma en el que tendremos que saber movernos y no será fácil. Metaverso es solo la punta del iceberg.
Las compañías deben adaptarse a esa situación a través de la innovación continua, pero fundamentalmente estoy convencido que ésta debe ser ahora abierta. Aquella como describió Henry Chesbrough que no solo es de dentro hacia afuera, sino que contempla también ampliar sus límites y se mueve bien en la cooperación y colaboración.
Esto permite ya crear y capturar valor para el crecimiento y la sostenibilidad en el futuro de las empresas y ello requiere una buena gestión del conocimiento además.
El esfuerzo está en comprender que fuera de la organización hay también talento, ideas y oportunidades, y el objetivo es buscar ese valor y llevarlo al negocio.
Precisamente el partner tecnológico hoy es un elemento clave en ese modelo de innovación abierta. La tecnología tiene un papel estratégico en el seno de las empresas y el partner ayuda a reducir costos, generar más eficiencias internas a las compañías, contribuyendo y asesorando en adoptar nuevas metodologías y herramientas de trabajo para lograr un mayor control de los procesos de negocio. Estos son sin lugar a dudas la piedra angular de las operaciones en las compañías.
La innovación abierta apunta a lograr que las organizaciones adquieran capacidades necesarias para acceder al conocimiento y la experiencia de otros. No hay miedo a compartir información y buscar soluciones para crecer.
Mientras la innovación tradicional es de dentro hacia fuera, la innovación abierta, da un paso más para asumir todo el conocimiento de fuera hacia adentro persiguiendo descentralizar la empresa a un enfoque más colaborativo.
Conviene apostar decididamente por la integración, cooperación y nuevas alianzas que potencien las decisiones estratégicas de negocio y también por el reaprendizaje, siendo determinante hoy contar con un aliado tecnológico que se integre de forma activa en esa innovación abierta como pilar fundamental en la gestión del cambio. Ganamos todos.