La analítica de datos es un componente fundamental en la toma de decisiones de las empresas, permitiendo un entendimiento profundo del panorama actual del negocio. En definitiva ayuda a las compañías a entender qué sucede, diagnosticar y decidir al respecto qué hacer.
Sin embargo, en la actualidad hay un punto de inflexión claro hacia un nuevo modelo de Business Intelligence (BI) mucho más dinámico adaptado a las nuevas necesidades empresariales surgiendo desafíos significativos en la gestión de datos en las empresas.
Visión 360 del negocio: Integración y acceso en tiempo real a datos
Una visión 360 del negocio implica no sólo la integración de diversos datos empresariales en una plataforma unificada sino también el acceso en tiempo real a estos datos. Se estima que para 2023, la mitad de las nuevas herramientas de inteligencia de negocio incorporarán datos en tiempo real para optimizar la toma de decisiones, ofreciendo una visión más completa y actualizada del negocio.
La realidad es que la mayoría de las organizaciones no cuentan con capacidad suficiente para aprovechar los datos, más de un tercio de los responsables IT, según un estudio de Forrester, consideran que la obtención, recopilación, gestión y gobierno del dato son los mayores desafíos en las organizaciones. De media se estima que cada compañía gestiona unas 33 fuentes de datos únicas.
La democratización de los datos: Información al alcance de todos
La democratización de los datos es otro aspecto crucial en la gestión moderna de la información. Este concepto se refiere a facilitar la lectura y comprensión de los datos por todos los usuarios, eliminando la dependencia del personal IT para extraer conocimientos. Cada año la cantidad de datos se duplica y no es suficiente con tener la información sino que hay que comprenderla e interpretarla por todos, haciendo del dato un elemento clave en la estrategia empresarial de cada compañía. El objetivo es optimizar la eficacia operativa con soluciones fáciles de usar que eviten ahogarse en el mar de datos.
Precisamente la mayoría de los datos almacenados en las compañías no se utilizan, se recopilan y archivan pero no se usan para generar resultados. La idea es llevar todo el potencial de la información a cada rincón de la organización y para ello la tendencia es soluciones BI más sencillas que proporcionen una analítica de autoservicio.
Arquitectura ágil: La necesidad de flexibilidad y escalabilidad
En un mundo donde la cantidad de información generada es inmensa, se necesita una arquitectura de datos ágil. Las soluciones rígidas ya no son suficientes; se requiere una estructura centrada en los datos que pueda adaptarse rápidamente al cambio. La nube ha jugado un papel fundamental en este proceso, proporcionando la flexibilidad, agilidad y escalabilidad necesarias para crecer sin perder control sobre los costes.
En la actualidad existe demasiada información que es imposible gestionar con soluciones rígidas necesitando arquitectura ágil centrada en los datos que respondan al ritmo constante de cambio. El papel de la nube ha sido clave en este proceso, convirtiéndose en imprescindible para ganar en flexibibilidad, agilidad y escalabilidad tan necesaria para crecer y al mismo tiempo controlar los costes. Gartner ya predice que en el próximo año el 50 por ciento de los datos se crearán y se procesarán fuera del CPD o de la nube cobrando protagonismo el llamado Edge Computing.
Las estructuras de datos deben ser veloces. La velocidad de generación de datos en la mayoría de los casos es muy superior al procesamiento, siendo crucial que las organizaciones establezcan políticas para que el almacenamiento de datos sea eficiente.
La Inteligencia Artificial en la gestión de datos
La Inteligencia Artificial (IA) se está convirtiendo en una herramienta indispensable en la gestión de datos. Desde el Procesamiento de Lenguaje Natural hasta la Analítica Predictiva, la IA facilita un análisis más rápido y preciso de los datos. Además, la integración de Machine Learning ofrece mayor automatización en las tareas de clasificación, almacenamiento, extracción e interpretación de datos, mejorando la eficiencia de los flujos de trabajo.
En definitiva, los datos tienen un valor estratégico en las compañías no solo para la toma de decisiones, sino también para la resolución de problemas, comprensión del rendimiento de la organización, mejora de procesos, y conocimiento del cliente, siendo ya un valor seguro para la resiliencia organizacional.
Las organizaciones que se mantienen al día en la gestión de su información logran una inmediata ventaja competitiva, vital para tener éxito en el mercado.
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